Actividad para conmemorar el Día del Orgullo LGTBIQ+

Alumnado del grupo Voluntari@s por la Igualdad ha organizado una serie de actividades simbólicas para esta última semana de clase con motivo del 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+.

Durante estos días, se proyectarán algunos vídeos en la TV de la entrada. En la fachada del edificio principal del instituto estará colgada la bandera que identifica a la comunidad y el miércoles 21, alumnado voluntario pasará por los grupos de 3º y 4º ESO a leer unos escritos explicando el porqué de la celebración de este día. 


                                   Bandera LGTBIQ+ en la fachada principal del centro


                                                   

                                        Vídeo proyectado en la TV de la entrada del centro



 
 
TEXTO EXPLICATIVO DEL DÍA DEL ORGULLO REDACTADO POR NUESTRO ALUMNO ANTONIO
 

Para empezar a contar la historia de por qué se celebran estos días, deberíamos hablar del día 28 de junio

 de 1969. En un bar llamado Stonewall, en Nueva York, aparece de la nada el primer integrante del 

colectivo LGTBIQ+ y declara el día del orgullo, y empezó a contagiar al resto de personas...


Sabemos que a lo largo de la historia, otros grandes personajes han pertenecido al colectivo LGTBIQ+, 

desde nobles y reyes como el marido de Isabel II, Francisco de Asís de Borbón, declarado homosexual, 

o el abuelo del actual rey, Pablo I de Grecia, presuntamente bisexual; hasta artistas como Miley Cirus, 

Lady Gaga o Harry Styles, por poner algunos nombres conocidos.


¿Qué tenían en común todas estas personas? Que pertenecían a un sector de la población que,

 hasta 1973, era considerado como "enfermedad o trastorno mental". Estaremos de acuerdo, 

entonces, en que algo tenían que hacer para no quedarse como meros pacientes de hospital psiquiátrico. 


Así fue como, en 1969, aquel 28 de junio, en aquel bar llamado Stonewall, ciertas personas que 

estaban cansadas de seguir escondiéndose en las esquinas más oscuras de los barrios más oscuros 

de las ciudades más oscuras, alzaron su grito de guerra y pusieron, para el bien de todos nosotros, 

su gran granito de arena por esta causa.


Si hoy estamos aquí es gracias a ellos, así que un fuerte aplauso.

 

 

 

TEXTOS REDACTADOS POR NUESTRO ALUMNO LIAM 

 

 

Toda la violencia que tuvimos que soportar.

Los deseos de morir nos están desgarrando.

Vivimos en un mundo en el que debemos aprender a vivir con las críticas.

Debemos aceptar que nunca llegaremos a ser "perfectos". Como lo deseamos.

Desearíamos no estar en el cuerpo en el que nuestra alma habita actualmente.

Luchamos día a día para que se nos valide, se nos acepte, se nos respete.

Creen que debemos de agradecer algo que es lo mínimo que pueden hacer.

Pedimos que nos traten por cómo nos sentimos.

Desearíamos no ser nunca más objetos de burlas y fetiches.

Somos objetos de atención, en la que constantemente nos intentan definir por los genitales.

"Si reglas eres mujer, si no, eres un hombre".

Sí, reglamos, porque los hombres también podemos reglar.

 Los hombres también podemos poseer vagina. 

Esto no nos hace menos hombres, por mucho que tú insistas.

Tenemos que prepararnos para que nos discriminen, invaliden, malgenericen. 

Y aún así debemos de quedarnos callados.

Ya no queda ese nombre por el que me solías llamar. 

Esa persona no existe.

Todos los llantos que tuvimos que sufrir, vendándonos el pecho, 

intentando ser como la sociedad nos imponía.

Las veces que tuvimos que soportar todo esto.

La única esperanza que teníamos era vivir de nuestros sueños construidos.



Cicatrices

Otro día atrapado en un cuerpo lleno de estereotipos.

Dejándome cicatrices conmigo cada día .

Queriendo gritar pero sin poder.

Queriendo salir pero sin atreverme .

Con un miedo interno el cual provoca cicatrices.

No, ya no son cicatrices físicas, sino mentales.

 

Aunque sinceramente desearía ver esas cicatrices debajo de mis pechos y poder decir

 "lo he conseguido".

 

He bajado un kilo, dos, ya no llevo la cuenta.

 

Mientras mejor me vea más posibilidades hay.

 

Mirarme a un espejo y sentir esa repugnancia, me miro de un lado, del otro, de frente, sigo sin 

verme bien.

 

Salgo a la calle tapándome.

 

Salgo a la calle mirando para todos lados esperando no ver a otro grupo 

de adolescentes entre risas y miradas.

 

Soy alguien que no soy.

 

Me provoco cicatrices a mí mismo por estar escondiéndome detrás 

de una máscara, una máscara con la que nadie pueda reconocerme.

 

D, I, S, F, O, R, I, A, eso es lo que siento, Disforia, compuesta de 8 letras.

 

Estoy cansado de esas cicatrices y de vivir con miedo.

 

No quiero más cicatrices.

 

Quiero ser feliz.



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