MANIFIESTO CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Buenos días, compañeros/as, chicos y chicas
Nos reunimos, hoy jueves 25 de noviembre de 2010, para manifestar nuestro rechazo a la violencia ejercida sobre las mujeres. Son 69 las mujeres asesinadas en lo que va de año.
¡YA ESTÁ BIEN! ¿Hasta cuándo? ¿Qué más podemos hacer? ¿En qué estamos fallando? Las preguntas se agolpan y el dolor, la indignación y la impotencia, nos atenazan. ¿Cómo es posible que con todos los logros conseguidos, que han sido muchos y muy importantes, no consigamos ni tan siquiera disminuir el número de asesinatos? ¿Qué está pasando? ¿Cómo estaríamos sin los avances obtenidos? ¿No será que el Patriarcado se siente acorralado por esos avances y reacciona atacando y sacando su peor cara: la violencia como forma de imponer sus mandatos?
Existe violencia machista porque existe desigualdad entre hombres y mujeres. Permanece la violencia, porque hay hombres que no quieren ceder poder, un poder y unos privilegios adquiridos de mucho tiempo atrás y porque la mayoría de las personas (hombres y mujeres), aún normalizan esa desigualdad; porque las teorías estarán renovadas y cambiadas, el discurso igualitario está de moda, pero no ha sido suficiente para que las personas la hayan asumido y la hayan hecho vida.
En un estudio sobre coeducación y violencia machista que se ha realizado en 21 centros educativos de Córdoba con jóvenes de entre 14 y 18 años, y en el que hemos participado, se observa que los resultados son desalentadores, y vienen a corroborar lo que hace tanto tiempo se viene diciendo: Hay que prestar más atención a la educación.
Según este estudio, la percepción que tenéis la juventud es que está siendo formada adecuadamente en igualdad y que la responsabilidad debe recaer principalmente sobre vuestra familia. Pero la caracterización socio-familiar nos dice que la mujer se ha incorporado de lleno en el mercado laboral (en un 65% de los hogares trabajan los dos, padre y madre) y, sin embargo la madre, sigue asumiendo las tareas domésticas, las responsabilidades familiares, de cuidado…
La familia aún no ha asumido que se educa, sobre todo, con el ejemplo más cercano y que los hijos y las hijas están condenados a repetir los mismos errores que sus progenitores, si estos no cambian sus comportamientos.
¿Qué vemos en nuestros hogares diariamente?: el padre lava el coche y conduce, la madre plancha y friega, la madre cuida a los familiares enfermos y va a las reuniones del instituto, el padre rellena los impresos y lleva las cuentas, la madre dedica sus ratos de ocio a ir de compras y el padre a leer el periódico. Seguimos cayendo en una educación que perpetúa todo aquello que estamos intentando cambiar.
En relación a la violencia, es también destacable que el 24,2% de la juventud encuestad piense que el maltratador es un enfermo. Así mismo, el 5,2% cree que “cualquiera puede perder los nervios”. Y todavía hay casi un 2% que piensa que algunas mujeres se lo merecen o que el maltrato se produce porque ellas lo provocan.
El dato que más sorprende en este estudio es el que dice que el 34,3% de la juventud piensa que al maltratador tendrían que hacerle lo mismo. Esto nos lleva a pensar: ¿la sociedad está educando en valores para que la igualdad ocupe su lugar entre nosotros?
La igualdad no es un valor aislado por el que hay que luchar, ni tiene consistencia por sí solo. La igualdad tiene que nutrirse de otros valores como el respeto, la solidaridad, el afecto, la responsabilidad…
¿De qué nos sirve una juventud que piense que la violencia machista está mal si luego cree que habría que hacerle lo mismo al violento? LA VIOLENCIA NO SE SOLUCIONA CON VIOLENCIA. Desgraciadamente, la violencia está presente, muy presente en la sociedad y es palpable en una gran parte de nuestra juventud.
Pensamos que la educación es una herramienta fundamental para cambiar las actitudes y las conductas que llevan a perpetuar el sexismo y la violencia.
- Por esta razón, vamos a seguir exigiendo que se cumpla la Ley Integral en todos los artículos de ámbito educativo, así como su dotación de recursos tanto a nivel humano como económico.
- La igualdad en la enseñanza tiene que ser tratada de una manera transversal en todas y en cada una de las asignaturas con contenidos que hagan referencia a las relaciones interpersonales a nivel de pequeño o gran grupo, en la familia y en la escuela, para una vida más plena del alumnado y de su convivencia con los demás.
- El aprendizaje de la resolución pacífica de los conflictos, la conductas cooperativas, altruista y pro-sociales, el control de las propias emociones y sentimientos, la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona.
- La violencia machista demanda un esfuerzo en la formación de valores de igualdad y respeto a lo diferente, promoviendo un conjunto de actitudes y valores morales y cívicos, fomentando entre toda la comunidad educativa actitudes de respeto hacia todas las personas, cualquiera que sean sus opiniones, creencias, razas, o sexo; actitudes de tolerancia, pluralismo, respeto y rechazo de toda injusticia, favoreciendo la convivencia, el diálogo y la solidaridad.
- La información y formación: explicándoles en qué consiste el grave problema de la violencia machista y la necesidad de actuar cuando los derechos de las chicas y de las mujeres no son respetados. Hablando y dialogando de todo el fenómeno de la violencia machista en todo su contexto: Sistema Patriarcal, todas las razas, clases sociales, edades, religiones, para que conozcan las causas y consecuencias, y la importancia de evitar el uso de la violencia por el bien de todos y todas.
LA IGUALDAD NO ES LA META, LA IGUALDAD ES EL CAMINO. EXISTE VIOLENCIA HACIA LA MUJER, PORQUE EXISTE DESIGUALDAD.
Este centro seguirá trabajando con el mismo ímpetu, constancia e ilusión de siempre, para que algún día dejemos de conmemorar el 25 de noviembre.
¡NO A NINGÚN TIPO DE VIOLENCIA! ¡CONSTRUYAMOS UNA SOCIEDAD DONDE TODOS Y TODAS SEAMOS IGUALES!
Ojalá el próximo año estemos aquí, pero no por las mismas causas sino para celebrar que ninguna mujer ha sido asesinada.
¡NO A LA VIOLENCIA MACHISTA!